jueves, agosto 31, 2006

GILIPOLLAS EN CONSERVA (2ª parte)

El protagonista de la novela Headcrusher dice que las personas inteligentes se sienten como gilipollas en conserva en el mundo laboral actual. Y tiene razón, conozco a gente de muchísimo valor que se ven absorbidas por el mercado laboral -nunca mejor dicho lo de mercado-. Y cuando la bestia los agarra, es muy dificil que los suelte, quizás porque conoce el valor de su presa. Pero qué rabia me da ver cómo se aprovechan de gente que vale la pena.

Otra idea en la que hace hincapié la novela es la relación entre publicidad, valores y capitalismo. Y es cierto. La cosa no es: tengo que desplazarme, me compro un coche (mercancía, demanda, consumidor), sino: tengo que desplazarme, me compro tal coche porque me vende la idea de libertad, calidad... Si tengo tal tostadora, tales zapatos, tal traje, tal lavadora, no es porque me hagan falta -que también- sino porque al comprar el objeto me creo que compro tales valores con los que se adorna y se vende esa mercancía.


Joder, qué negocio más bien montado:

1. Para trabajar, me exigen ciertos valores (véase Gilipollas en conserva 1ª parte)

2. Me muevo por el mundo capitalista no comprando objetos, sino valores que -queramos o no, consciente o insconcientemente- adjudicamos a esos objetos.

3. Para obtener esos objetos necesarios en mi vida, necesito trabajar.

4. Me exigen en el mundo laboral una serie de cosas que puedo conseguir comprando.

Se le puede poner pegas, pero no se le puede negar su parte importante de razón. La pregunta es: ¿podría romperse este círculo vicioso? Lo dudo, porque nosotros mismos -la sociedad, o mejor dicho, Occidente- nos lo guisamos y nos lo comemos. Para que cambiara, el cambio tendría que provocarlo algo de fuera que nos afectara. O un cambio progresivo de nuestros valores. Quizás, no lo sé. Lo que si está claro es que muy fuerte debe de ser el golpe que desmonte este puzzle.


Argumento de Headcrusher (A. Garros y A. Evdokmov, Editorial Mondadori): Vadim es un agente publicitario de un banco multinacional de Letonia. Bastante cínico y lúcido, conoce su papel dentro del mundo laboral y sus entresijos -no es nada, una sola pieza más que puede ser reemplazada en un momento-. Se dedica a cumplir lo mínimo y hacer el paripé en la oficina, escribiendo en el ordenador cartas puteando a sus jefes... hasta que uno de ellos le descubre, y en una discusión, Vadim lo mata sin querer. Ese asesinato desencadenará otros y...

miércoles, agosto 30, 2006

GILIPOLLAS EN CONSERVA (1ª parte)

El mercado laboral necesita -cada vez con mayor necesidad- gente creativa, imaginativa, con iniciativa y talento. Estos son los valores más buscados en entrevistas de trabajo, anuncios de periódico, webs de empleo...

¿Para qué? ¿Para estar ocho horas en una cadena de montaje? ¿Para estar seis atendiendo a clientes guiándose por un manual que hay que cumplir a rajatabla? No tiene sentido.

No lo tiene porque todas estas cualidades tan solicitadas son muestras de dependencia, de crecimiento personal y carácter individual. Y el mundo laboral es, hoy más que nunca, jerarquizado y arbitrario. Además, la empresa sólo busca el benefico a corto plazo; hay que ser un ganador, y eso sólo se demuestra con resultados positivos todos los días, chaval, espabila, que te comen.

Los libros de Bukowski -en gran parte auobiográficos; narran, entre otras cosas, su vida en EE.UU. durante los 60 y 70- tratan principalmente el mismo tema: la dificultad de disfrutar de la vida -para Bukowski esto es: follar, beber, leer, vaguear, viajar; pero sobre todo beber y follar- por culpa de la necesidad de trabajar que existe en el mundo contemporáneo. Vale, hace falta dinero, pero no es normal que se tenga que vivir para trabajar. Horarios absorbentes, sueldos insuficientes, jerarquía impersonal siempre al acecho, cadenas de trabajo alienantes...

Bien, vale. Uno entra a trabajar. Es un trabajo mal pagado, la empresa trata a sus trabajadores como basura, despidos improcedentes, trapicheos ilegales con sindicatos y comités de empresa, carencia de material para trabajar... ¿A que os suena?

No existe posibilidad de que los trabajadores reclamen por sus derechos, porque ellos mismos pasan. Se supone que el comité de empresa está para ello, pero no suele funcionar. En cuanto a las huelgas, cada uno tiene un caso particular: estoy pagando un piso, tengo miedo de que me despidan, me hace falta el dinero, tengo hijos a los que alimentar, me quiero casar. Personalmente, no estoy de acuerdo, no son excusas morales, y no todas esas excusas tienen la misma validez: no es lo mismo la madre soltera que el chaval que paga el coche. ¿Y qué suele pasar si apoyas una huelga o un informe de mejoras? Comentario de los compañeros: "por algo lo hará".

No es nada nuevo: esto que digo si no nos ha pasado a nosotros mismos, ha sido a un familiar o a un amigo, o lo hemos visto con nuestros propios ojos.


martes, agosto 29, 2006

HASTA LOS COJONES

Esta mañana, he puesto una entrada con un texto de José Luís Sampedro y algunos fragmentos de la novela de Bukowski Factotum. Lo que pretendía era, con los textos de esos dos grandes escritores, hacer hincapié en algunos sentimientos y pensamientos que he tenido durante mi etapa laboral. Y, mañana o pasado, hacer una nueva entrada exponiendo algunas de mis ideas al respecto. No me gusta soltar el rollo tipo: "La obra de Bukowski es...", en plan intelectualoide, me parece un coñazo, y bastantes listillos sabiondos hay ya; prefería mostrar los textos tal cual y luego expresar mis ideas.

Hace un rato estaba escribiendo otra entrada con algunos párrafos de la novela Headcrusher, de A. Garros y A. Evdokimov, que me parecían muy significativos, cuando mi hermano -el Sr. Chow- me dice:
-No sé si decirte que no lo hagas...
-¿Por qué? -respondo yo sorprendido-. ¿Qué pasa?
Y me lo explicó.


Una de las asignaturas de Comunicación Audiovisual es "Estructura del sistema audiovisual", donde, entre otras cosas, se estudia todo el tinglado legal que rodea a la televisión, el cine, la literatura, etc.

Según el artículo 18 de la Ley de Propiedad Intelectual: Se entiende por reproducción la fijación de la obra en un medio que permita su comunicación y la obtención de copias de toda o parte de ella. Así pues, cuando pones un un fragmento de un libro, parte del diálogo de una película, la letra de una canción, o incluso el famoso postcast en tu web, estás haciendo una fijación de la misma de tal manera que permites la comunicación y la obtención de copias de ella, por lo que para hacer ese acto necesitas la autorización del titular de los derechos de explotación de la obra (generalmente el autor o el editor de la obra).

Muchas veces, la gente, por desconocimiento, creemos que reproducir un fragmento de un libro o un poema en un blog es una cita -es lo lógico, digo yo-, pero la ley se encarga de matizar que este derecho de cita solo es para reproducciones con fines docentes (por ejemplo, en una clase) o de investigación (principalmente, para una tesis, tesina, etc.), por lo que un blog nunca podría ampararse en este artículo para poner un fragmento de un libro. Se suele decir que si pones X frases del libro, o letra de canción, o X segundos de una composición musical no se inflinge dicha ley, pero -desgraciadamente- no es cierto.

Así pues, para poder reproducir legalmente cualquier obra tienes que tener autorización para ello -es decir, pagar- o, si dicha obra aparece en otra web, introducir un enlace... siempre que esa web sea legal. Por ejemplo: youtube es legal, pero si en tu blog realizas un enlace a un video de youtube ilegal -por ejemplo una grabación realizada por un espectador de un concierto-, también tienes responsabilidad legal por difundir ese video.

Si lo pensamos, esto es aún peor que el tema de la música, las descargas, las copias privadas y la -puta- SGAE. Tanto la -puta- SGAE como aquellos que apoyamos la descarga gratuita a través de internet, nos basamos en una ambiguedad de la ley -la referente a la copia privada y el pago de derechos-. Pero, sin embargo, en este aspecto la ley es completamente tajante.

Y, ¿cual la entidad salvadora encargada de velar por el cumplimiento de la ley y el orden en este caso?. El CEDRO -Centro Español de Derechos Tipográficos-. Me comenta mi hermano que hay gente cuyo trabajo es ir buscando en blogger.com y webs similares reproducciones ilegales. La cosa empieza a ir en serio, y ya han ocurrido el caso de gente que recibe cartas informándoles sobre la ley y reclamándole los derechos.


Así pues, siento la necesidad de decir algunas cosas:

1. Estoy completamente en contra del artículo 18 de la Ley de Propiedad Intelectual.

2. Opino que, si en un blog, un libro o cualquier otro medio de expresión se utiliza parte de una obra, debería considerarse una cita. Uno de los beneficios de la comunicación a través de internet es el intercambio libre de opiniones, y creo que la utilización de citas es un modo de difundir cultura por el intercambio de conocimientos entre las personas -además de una inmejorable forma de publicidad: el boca a boca y la recomendación no requiere costes en campañas publicitarias-.

3. Si acudo a una página legal para realizar un enlace a mi blog, considero que dicha web es la responsable de cualquier cuestión legal al respecto, ya que es la que debe preocuparse -le va la legalidad en ello- en comprobar sus contenidos, y el usuario acude de buena fe.

4. La actitud de CEDRO, así como de la -puta- SGAE me parece de mafiosos.


Mi hermano y yo seguiremos enterándonos de estos asuntos legales.

Menudos hijos de puta.

miércoles, agosto 23, 2006

GUNTER GRASS Y LOS NAZIS

Gunter Grass ha reconocido, en una entrevista promocional con motivo del lanzamiento de su último libro -Beim Haeuten der Zwiebel, que viene a significar algo así como Pelando la cebolla; que me corrija Alemanita si me equivoco-, que formó parte de las Waffen-SS nazis, un cuerpo de élite militar. Hasta ahora, lo que Grass había contado es que fue auxiliar de artillería en el 44; pero lo de formar parte del cuerpo que perpetró el Holocausto es nuevo (lo cuenta en el nuevo libro). Afirma también que en ningún caso se alistó voluntario, sino que fue llamado a filas.

Ahora surge el mismo debate de siempre: ¿va el comportamiento ético y moral de un hombre unido a su función como artista? No, tranquilos, aquí debate ninguno; como era de esperar cada cual (políticos, escritores, etc.) ha dicho lo que le ha interesado sin ponerse a pensar mucho.
Al parecer, puede que incluso la academia sueca le retire el Nobel que le concedieron en el 99. Me parece injusto. A Grass le dieron el Nobel de literatura, no el de la paz, qué leches. Le concedieron el premio por sus libros, por su talento literario (El tambor de hojalata es, además de su novela más famosa, un texto magnífico).
Por experiencia, tengo clara una cosa: admiramos a aquellos artistas en los que, de algún modo, creamos un efecto-espejo. Ese nexo de unión puede ser moral (George Orwell y Thomas Mann, además de grandes escritores, me parece muy respetables por sus visióesn del mundo, su lucha contra el fascismo…), pero no tiene que ser necesariamente moral (también tengo en alta estima a Rubén Darío y a Faulkner, y los dos se bebían hasta el agua de las macetas; me encantan los The Who y Pete Townshend ha sido condenado por pederasta).
La sociedad sólo perdona a un buen artista cuando ha pasado mucho tiempo. (Casi) todo el mundo está ya de acuerdo en que el facha Celine, aunque apoyara a los nazis en la Francia invadida durante la II Guerra Mundial, ha escrito uno de los libros más bellos, tristes y violentos que hay: Viaje al fin de la noche. Lo bueno que tiene el arte es que va más allá de los artistas (aunque algunos sean tan egocéntricos que no lo reconozcan): en la novela de Celine no hay ideologías, solo asco ante el ejército, la guerra, los mandamases, la mierda que siempre tiene que tragar los mismos. Ahora, en el siglo XXI, la discusión parece zanjada; pero hasta hace unas décadas, por defender a Celine te podían llamar facha, asqueroso, pervertido…
La verdad es que es complicado. El teatro y la poesía de Bertol Bretch son claramente de izquierdas (comunista, mejor dicho); lo que le salva no es el momento histórico en el que escribió (era un judío en la Alemania de la década de los 30, no era el mejor momento para pasar por allí…), sino que sus textos tienen una gran calidad literaria. O miremos a Clint Eastwood: un tío que reconoce que vota a Bush, republicano, pero que sus películas plantean debates, son incómodas, meten el dedo en la llaga de los problemas de su país. No utilizamos las mismas reglas para todos, y ni siquiera tenemos claro cuáles son dichas reglas.
Otra cosa curiosa. También admiramos al artista que desconocemos. Un ejemplo: Dalí. A la mayor parte de la gente sus cuadros le parecen interesantes, misteriosos… Otro gallo cantaría si supieran del Dalí persona: un pintor que se dejó aprovechar por Franco como el pintor oficial del Régimen, que jamás defendió a compañeros de la infamia o el ostracismo, y no sigo porque…

Lo que me revienta de Grass es que se ha dedicado en todos estos años a hacer de “Pepito Grillo” de Alemania (en España podíamos leerlo periódicamente en El País y El Mundo), dando lecciones de moral a los alemanes sobre cómo sobrellevar su pasado fascista y cómo actuar en consecuencia para el futuro. En otras palabras: Grass no sólo se ha dedicado a escribir, también ha sido un moralista, ha reflexionado sobre lo divino, lo humano, lo correcto y lo incorrecto. Y no es correcto, colega, reconocer que formaste parte de las Waffen-SS en una entrevista para tu nuevo libro, como un acto publicitario más dentro de la promoción. ¿Y si no hubieras escrito el libro, macho, te lo habrías callado? Lo único que puedo decir es que yo trabajé en esa pregunta en este libro y todo lo que tengo que decir sobre el tema está en él, es lo único que ha respondido ante las acusaciones. Aunque uno intente pensar bien (ese hecho de su pasado le reconcomía la conciencia, y ha querido arreglarlo), su actitud y los modos con lo que se ha sincerado no le hacen un buen favor.