miércoles, agosto 30, 2006

GILIPOLLAS EN CONSERVA (1ª parte)

El mercado laboral necesita -cada vez con mayor necesidad- gente creativa, imaginativa, con iniciativa y talento. Estos son los valores más buscados en entrevistas de trabajo, anuncios de periódico, webs de empleo...

¿Para qué? ¿Para estar ocho horas en una cadena de montaje? ¿Para estar seis atendiendo a clientes guiándose por un manual que hay que cumplir a rajatabla? No tiene sentido.

No lo tiene porque todas estas cualidades tan solicitadas son muestras de dependencia, de crecimiento personal y carácter individual. Y el mundo laboral es, hoy más que nunca, jerarquizado y arbitrario. Además, la empresa sólo busca el benefico a corto plazo; hay que ser un ganador, y eso sólo se demuestra con resultados positivos todos los días, chaval, espabila, que te comen.

Los libros de Bukowski -en gran parte auobiográficos; narran, entre otras cosas, su vida en EE.UU. durante los 60 y 70- tratan principalmente el mismo tema: la dificultad de disfrutar de la vida -para Bukowski esto es: follar, beber, leer, vaguear, viajar; pero sobre todo beber y follar- por culpa de la necesidad de trabajar que existe en el mundo contemporáneo. Vale, hace falta dinero, pero no es normal que se tenga que vivir para trabajar. Horarios absorbentes, sueldos insuficientes, jerarquía impersonal siempre al acecho, cadenas de trabajo alienantes...

Bien, vale. Uno entra a trabajar. Es un trabajo mal pagado, la empresa trata a sus trabajadores como basura, despidos improcedentes, trapicheos ilegales con sindicatos y comités de empresa, carencia de material para trabajar... ¿A que os suena?

No existe posibilidad de que los trabajadores reclamen por sus derechos, porque ellos mismos pasan. Se supone que el comité de empresa está para ello, pero no suele funcionar. En cuanto a las huelgas, cada uno tiene un caso particular: estoy pagando un piso, tengo miedo de que me despidan, me hace falta el dinero, tengo hijos a los que alimentar, me quiero casar. Personalmente, no estoy de acuerdo, no son excusas morales, y no todas esas excusas tienen la misma validez: no es lo mismo la madre soltera que el chaval que paga el coche. ¿Y qué suele pasar si apoyas una huelga o un informe de mejoras? Comentario de los compañeros: "por algo lo hará".

No es nada nuevo: esto que digo si no nos ha pasado a nosotros mismos, ha sido a un familiar o a un amigo, o lo hemos visto con nuestros propios ojos.